Almedina fue levantada por los musulmanes como fortaleza para asegurar el dominio y la posición, y custodiar uno de los caminos más frecuentados por los ejércitos. Fue constituida como capital de la región gracias a su perfecta condición estratégica.
También se ha constatado en Almedina la ocupación de asentamientos humanos a lo largo de la Prehistoria. La mayoría de estos se ubicaban en las zonas aterrazadas próximas a cursos fluviales o pequeños arroyos.
Se ha llegado a deducir la alta probabilidad de un asentamiento íbero, debido a las similitudes que comparte con otras excavaciones íberas repartidas por España.
Hablar de la historia de Almedina es hablar también de sus dos hijos más ilustres, Bartolomé Jiménez Patón , maestro de retórica y uno de los humanistas de más prestigio e influencia entre los filósofos y escritores de los siglos XVI y XVII, y Fernando Yáñez de la Almedina, (1489-1536) pintor que viajó a Italia, donde adquirió un estilo leonardesco y florentino, cuya obra más importante, Santa Catalina de Alejandría, se encuentra en el museo del Prado de Madrid.
Entre sus celebraciones destaca El Baile de las Ánimas, datado del siglo XIV, donde los vecinos del pueblo participan en un baile de pujas organizado por una cofradía, con el Animero o Hermano Mayor, elegido por los ciudadanos, al frente.
Si quieres conocer más curiosidades sobre la historia de este pequeño pero importante municipio de la Comarca del Campo de Montiel, visita el blog de “La Bitácora de Almedina”.