La Ermita de los Remedios de Almedina es un edificio del siglo XVIII, concretamente del estilo neoclásico, que fue consagrado inicialmente a Nuestra Señora de las Angustias, cambiando posteriormente su advocación por la de Nuestra Señora de los Remedios. De forma temporal fue parroquia del pueblo, tras la ruina de la Iglesia de Santa María por los efectos del Terremoto de Lisboa (1755).
Se sitúa en la Calle Mayor, en la cual se puede observar la fachada norte, asentada sobre un zócalo de grandes sillares de piedra molíz. Por encima de éste existe un paramento de ladrillo, en el que se intercalan pequeñas cajas de mampostería (a modo de encintado toledano), con los ángulos reforzados por grandes sillares también de molíz. Presenta dos pequeños vanos que rompen con la solidez del muro; uno en la parte baja, junto al altar, y el otro en la parte alta de la nave. En ella se abre una bella portada con entablamento clásico. La puerta de acceso es de madera y está enmarcada bajo un arco de medio punto sobre jambas de sillares, enmarcado por pilastras adosadas de fuste cajeado y friso sin decorar. En el interior del frontón está insertado el escudo de la villa. Sobre todo el conjunto se levanta un voladizo de madera cubierto con teja.
El edificio presenta una cubierta a dos aguas con teja árabe. Sobre la línea de cubierta de la nave se levanta, a mayor altura, el cimborrio cúbico del presbiterio, tejado a cuatro aguas. En el extremo contrario, al oeste, hay una espadaña construida con mampostería de ladrillo con dos campanas en su interior, bajo sendos arcos de medio punto.
En el interior del templo se observa una pequeña cúpula, en la que se pintaron motivos populares de buena calidad que datan del año 1725.
Durante la reconstrucción de la Iglesia de Santa María, por los daños del terremoto de Lisboa (1755), La Ermita de los Remedios albergó cultos religiosos.
En el siglo XIX, los vecinos de Almedina sufragaron el coste de un órgano, que se ubicaba en el coro.
De gran interés es también la pila bautismal que encontramos junto a la entrada. Esta pila de origen visigodo fue trasladada a esta Ermita desde la Iglesia de Santa María.