Cabricería y puente romano

Al oeste del cerro sobre el que se asienta el Casco Histórico de Almedina, aparece La Cabricería, otro cerro de la misma altura que el anterior, y que queda separado del núcleo por un prominente barranco. Este barranco ha sido moldeado por los arroyos que desaguan el Raso (una depresión al norte del municipio), así como por el Arroyo de las Aceas, que recoge el agua de la Fuente Imperial.

 

Sobre este último arroyo, que algunos geógrafos identifican como el Nacimiento del Guadalén, encontramos un pequeño puente romano, en cuya base se encontraron inscripciones en latín que actualmente se encuentran en el Museo Provincial de Ciudad Real. El puente, excavado y rehabilitado en 2015, está formado por un arco de medio punto de piedra moliz. Sobre el mismo se identifican dos calzadas de diferentes épocas. La más antigua de ellas, con total probabilidad, sería la Via 29 Romana, que unía Mariana (Puebla del Príncipe), en la Vía Augusta, con Consabura (Consuegra). De hecho, si nos desplazamos unos 8 km hacia el norte, podemos observar otro puente romano, el Puente de Triviño, en la intersección entre la carretera de Villanueva de los Infantes-Almedina y el río Jabalón.

 

Junto al Puente Romano de Almedina, el Arroyo de las Aceas queda encañado entre muros de moliz y un pequeño paseo fluvial con represas en las que podemos observar distintas especies animales.

 

Finalmente, sobre el puente, se levanta la Cabricería, una antigua cantera romana en la que con suerte podrás encontrar algunas sorpresas como búhos o zorros. Desplomándose por la ladera, aparecen grandes rocas muy apreciadas por los escaladores. Desde su cima, repleta de almendros, se contemplan vistas espectaculares de los últimos confines de la Mancha, pero sobre todo, del comienzo de Sierra Morena.